LA HISTORIA

Un emblema del Eixample recuperado para la ciudad.

La Carbonería, originalmente conocida como La Casa Tarragó, es un edificio emblemático. Diseñado en 1864 de la mano del promotor Narciso Tarragó Alexandri y del maestro de obras Antoni Valls i Galí, y se considera la primera edificación que se conserva dentro de la trama urbana del Eixample.

Tras una larga y azarosa historia, en que la construcción resultó muy deteriorada, fue declarada Bien de Interés Urbanístico en el año 2015. Esta acción se debía no solamente a la antigüedad del edificio, sino a los importantes eventos históricos que condicionaron su singular forma. El grupo Lesing LWP Spain SL la ha devuelto a La Carbonería a su esplendor original con un proyecto que recupera una parte fundamental de la historia de la ciudad y busca favorecer el entorno vecinal y urbano más inmediato.

Planos de fachada, 1862
Fuente: Archivo municipal Contemporáneo de Barcelona
Fachada 2022
©Joao Gaudenzi

El Eixample, un plan rodeado por la polémica.

La ampliación urbana de Barcelona del siglo XIX, que daría lugar al célebre “Ensanche” o “Eixample”, estuvo rodeada de circunstancias sociales y políticas que se materializaron en La Carbonería, convirtiéndolo en uno de los testimonios más fidedignos del excepcional momento histórico por el que atravesaba la ciudad, en el que se decidió su modelo de transformación en la urbe moderna que hoy en día conocemos.

Sobre la mesa se encontraban dos planes urbanísticos: el diseño radial alrededor de la ciudad del arquitecto Antoni Rovira i Trias, cuyo planteamiento era poner énfasis en los espacios simbólicos y hacer una separación entre clases sociales, y el diseño de Ildefons Cerdà, ingeniero y político progresista que ofreció un planteamiento más igualitario.

Mapa del ejército de 1870, con la ubicación de La Carbonería (elipse amarillo) antes de la expansión de la ciudad
Fuente: Informe histórico-artístico del edificio de la calle Urgell 30 de Barcelona de Enric Granell en «Modificación puntual del Plan Especial de Protección del Patrimonio Arquitectónico Histórico-Artístico de la Ciudad de Barcelona (Distrito del Eixample en la Finca de C/Urgell, 30 [La Carbonería] de noviembre 2015, del Ayuntamiento de Barcelona.
La ubicación de La Carbonería en el plano del Eixample de Barcelona (1859) de Ildefons Cerdà
Fuente: The Guardian (online). Archivos del Reino de Aragón, Barcelona

La decisión sobre cuál era el mejor plan urbanístico para la ciudad tardó años en llegar así como la implementación del plan de Cerdà. En este contexto, Narciso Tarragó Alexandri se propuso construir el edificio residencial que hoy se conoce como La Carbonería. El terreno de Tarragó estaba atravesado precisamente por el Camino de Ronda que discurría junto a la muralla defensiva. Así que el diseño arquitectónico del edificio se vio influenciado por la incertidumbre acerca de la decisión definitiva: el diseño de manzanas de Cerdà, que enterraría el Camino de Ronda, o bien la creación de un nuevo e importante bulevar que seguiría su trazado con el plan de Rovira i Trias.

La Carbonería, en el ojo de la tormenta.

Narciso Tarragó Alexandri tuvo que encontrar una solución arquitectónica a este dilema si no quería esperar indefinidamente la decisión de las instituciones. La respuesta fue un diseño, nunca más repetido en el Eixample, de cuatro fachadas diferenciadas: dos pequeñas que dan a las calles Compte d’Urgell y Floridablanca, una principal en la intersección o “chaflán” de ambas calles, y otra encarando el antiguo Camino de Ronda y el bulevar nuevo propuesto. De esta forma, fuese cual fuese el plan urbanístico ganador, La Carbonería podría empezar a construirse.

Ubicación de La Carbonería (elipse amarillo) en el plan de Rovira i Trias, mostrando el nuevo búlevar (Plano de Garriga i Roca del año 1862)
Fuente: Informe histórico-artístico del edificio de la calle Urgell 30 de Barcelona de Enric Granell

Esta solución tuvo dos consecuencias. Por un lado, redujo considerablemente las dimensiones del proyecto. Así, La Carbonería se edificó con 8 metros de ancho, frente a la media de 20-23 metros del Eixample, convirtiéndola probablemente en el edificio más estrecho de esta conocida trama urbana. Por otro lado, el diseño arquitectónico aportó una mayor entrada de luz natural al aumentar la ratio de aberturas por vivienda, aunque la cuarta fachada que daba al antiguo camino de Ronda quedó finalmente “oculta” con la implementación del diseño de manzanas de Cerdà.

Años de decadencia y un nuevo renacer.

Pocas noticias se tienen del edificio a lo largo de la primera mitad del siglo XX, mas allá de que la empresa carbonera -que le dio el nombre popular de “La Carbonería”- cerró sus persianas en los años cincuenta. En las siguientes décadas, el carácter histórico de la edificación fue quedando en el olvido e incluso, en diversas ocasiones, se planteó su completa demolición.

Entre los años 2008 y 2014, fue un centro social autogestionado. Posteriormente, quedó cerrado y cambió de propietario en diversas ocasiones, dando paso a años de abandono y deterioro con el consiguiente impacto negativo en el barrio.

En 2015, el pleno municipal acordó declarar el edificio Bien de Interés Urbanístico con Nivel C de protección, dada su singularidad arquitectónica y su alto valor histórico. Dos años después Lesing LWP Spain SL adquirió La Carbonería con el fin de restaurarlo por completo y recuperar su singular valor histórico, favoreciendo también el tejido social y urbanístico de esta zona del Eixample.

Fachadas principal y posterior en 2022 después de la rehabilitación
©Adria Goula
©Simona Rota